[Diario de las especies de Claudia Apablaza: dos lecturas]. Por Carolina Melys y Víctor Quezada.

Diario de las especies (2008) de la narradora chilena Claudia Apablaza (1978) es una novela publicada en Chile por el joven sello Lanzallamas y, conjuntamente, en México por Editorial Jus. Novela en dos partes disímiles (Búsqueda de una novela y Persona): la primera parte trata de simular el formato del blog y la segunda, más tradicional, explora el monólogo interior. Ambas partes están dispuestas en razón de narrar la historia de AA (su protagonista) que, a fin de cuentas, es la búsqueda de una autobiografía y el lugar de origen.
Ahora les presentamos dos críticas (la primera de Carolina Melys y la segunda de Víctor Quezada) de alguna manera concordantes respecto de la obra. Ambas, sin querer desobedecer el texto, eligen situar su punto de enunciación desde un lugar tal vez periférico: el de los movimientos de la crítica literaria en torno a un objeto de estudio.




I. Búsqueda de una crítica.
Pensar en Diario de las Especies me instala en un lugar de conflicto: el del crítico. Terry Eagleaton (“La función de la crítica”, 1999) afirmó que “un crítico puede escribir con convicción siempre y cuando la propia institución crítica no se vea como algo problemático. Una vez que esa institución se pone en cuestión de manera radical, cabría esperar que los actos individuales de crítica se tornen problemáticos y se autocuestionen”. Y es justamente la crítica como problema la que me impide de alguna forma entrar directamente al texto de Claudia Apablaza y tenga que rodearlo, sitiarlo, situarlo para poder decir algo acerca de él. No tuve que viajar a ningún lado para “olvidar” qué es escribir una crítica -emulando el comienzo de la novela-. Y esta novela se convierte para efectos de este artículo en el punto de partida de una discusión mayor y, por qué no decirlo, en uno de sus méritos (sin proponérselo).
Diario de las Especies se publicó el año 2008 por la editorial Lanzallamas, y desde su lanzamiento, un par de voces –críticas- han referido a esta novela. Sin ánimos de encontrar polémicas donde no las hay, llama la atención la disparidad de opiniones con respecto a esta. Porque una cosa es expresar gustos y otra distinta es la crítica como oficio, en donde si bien no impera la objetividad, el juicio debiera estar guiado por un proceso más complejo que la mera impresión –y en esto sigo a Alfonso Reyes. La crítica consiste en poner en crisis de algún modo el texto, donde juega un rol importante obviamente el impresionismo, la experiencia estética, pero luego se pasa a una racionalización (exégesis) de los aspectos formales y de contenido encontrados en el propio texto para poder emitir un juicio. Reyes esperaba que en el instante final del proceso cierta iluminación nos llevara a esta dirección del espíritu que consideraba el juicio.


No espero grandes epifanías en lo que leo en términos críticos, pero sí algo más que comentarios caprichosos que obedecen a otros fines que no son la literatura misma. Enrique Lihn afirmaba que los intereses que deben guiar a la crítica no son otros que el gusto, (y con esto refiere al rechazo de la crítica servil y parasitaria de ciertas ideologías o intereses. Basta con leer las mil críticas realizadas por Lihn, fieles a sí mismo, pero apegadas profundamente al texto. La crítica como reescritura).
No está demás mencionar que considero la crítica como una forma otra de escritura, es decir, de creación. No cumple funciones de servicio para nadie, no hace favores ni los devuelve, (aunque las mejores intenciones estén puestas en ello). La crítica habla de literatura, la crítica es literatura.
A partir de esta introducción –latera para algunos; puro bla, bla para otros- me interesa entrar en la novela. No puedo omitir que la leí teniendo en la cabeza aquellas voces críticas –de alabanza y de rechazo- y por lo tanto no puedo alardear de una lectura desprejuiciada, pero sí intentaré escribir una crítica transparente, comprometida solo con la crítica (institución, persona, yo).
Quizás está demás narrar de qué trata la historia, pero aquí va: una joven escritora viaja a Barcelona, pero al llegar ha olvidado qué es escribir una novela. Por lo tanto, el relato se transforma en la búsqueda de esa novela. Para esto utiliza el formato del blog. Postea, a modo de capítulo, algunas notas sobre este proceso de encontrar la escritura perdida; y este es respondido por numerosos conocidos y desconocidos que le dan consejos sobre lo posteado. Esta narración se ve intercalada por otra que hace alusión a la niña de los sapos, aquella niña que alguna vez fue, aquella que recuerda la infancia. Esto constituye a grandes (enormes) rasgos la primera parte de la novela.
Respecto a esto, podría decir que resulta novedosa la dinámica de blog en tanto forma escritural. De cierta manera es la inversión de las apuestas que dan por terminada la era del libro y anuncian al Internet como único soporte. Esto es Internet, pero en un libro: interesante juego.
Los personajes que postean son diversos, nombres que juegan con una intertextualidad fácil de entender y más de algún famosillo es invocado. Lamentablemente, a estos personajes les cuesta liberarse de la voz principal, el registro de A.A. se cuela en cada uno de los posteos, nunca logran adquirir ese tono propio que nos llevaría a la anhelada polifonía de la que Bajtín hablaba. Ahora, si bien el teórico Mijail Bajtín es nombrado en la novela (pág. 77 y 78) lo hace solo con el propósito de referirse a su concepto de cronotopo, buscando definitivamente un tiempo donde situar la novela. Sin embargo, me parece que no es casualidad este intento polifónico fallido de la autora. En cuanto al contenido de los posteos, este se alimenta de citas diversas, diálogos con otros textos y otros autores que van moldeando esta interacción. No puedo dejar pasar un posteo anónimo en la pág. 73, en que se cita a Lihn. Referencias explícitas de este tipo han venido a ser un lugar común entre los escritores jóvenes, en donde Lihn y Bolaño son invocados casi por cábala. (Lihn y Bolaño, rueguen por nosotros).
Menos interesante me resultan los contenidos de cada posteo-capítulo, en donde mucha cátedra arruina en algunos momentos el placer que sentimos algunos de leer literatura que habla sobre literatura, tan en boga en estos días, por cierto. Quizás demasiada teoría para una novela, quizás demasiados academicismos para el personaje principal A.A., quien termina viviendo en una biblioteca, perdiéndose entre la lectura y el sexo entre los anaqueles de libros.
La segunda parte la constituyen las últimas 13 páginas del libro y es titulada Persona. Aquí volvemos a la narración monofónica, no es la voz la que cambia o se pasa de un personaje a otro, sino más bien es el personaje el que muta. La voz permanece. ¿Es que ya ha encontrado su propia voz? Y la historia de la niña de los sapos nos lleva al desenlace que es un principio, por no decir origen.
Creo firmemente que la novela exhibe la imposibilidad de la narradora-autora de cumplir con la tarea propuesta: encontrar una novela. Es la carencia de su escritura la que de algún modo no permite que se lleve a cabo. La novela exhibe esa carencia no solo en su personaje A.A., sino también en el plano extratextual. La novela Diario de las Especies muestra el fracaso de la escritura como proyecto, en tanto lo que hace es mostrar el funcionamiento, pero nunca hacerlo andar. Es una novela a pedazos, en partes, pero se encuentra desarmada de tal manera que el lector no puede ordenarla. La pregunta finalmente, es si su objetivo era mostrar esa derrota o simplemente la autora fue incapaz de resolver los problemas que ella misma instala desde la primera página.
Creo que hay algo de los dos.

II. Persona crítica.
En fin, sería largo hacer dialogar las críticas diversas que circularon sobre esta novela, pero sí me parece relevante dejar instalados los links. Mal que mal este es un blog, y de las múltiples voces, -en este caso reales- se enriquece la lectura.

Por último y volviendo al tema de la crítica, dejo en evidencia que este artículo es también una búsqueda, que exhibe asimismo la carencia que la acecha. Una imposibilidad que no pretende en ningún caso ser otra cosa, aunque la teoría y academicismos digan lo contrario.




Algo que -como una tentación- pensaríamos de una novela que presenta una supuesta nueva forma sería afirmar su radicalidad y, en el caso de Diario de las especies, al ser un blog y sus respectivos comentarios el antecedente de la forma, una pretendida multiplicidad de voces.


Primero, es fácil reconocer bajo la estructura del blog: entrada y comentarios; las formas que le sirven de referencia: narración y diálogo. Esto es importante pues el afán de verosimilitud que por lo general la crítica abraza, obliga a pensar que la inteligibilidad de una forma descansa en el conocimiento de las paradigmáticas (Félix Martínez Bonati); a saber, que no hay apuestas radicales (ya que este es un problema inexistente) en literatura como la no-novela que quisiese ser Diario de las especies tampoco es un valor en términos narrativos tradicionales, menos –me parece- como intento de desajuste de la estabilidad del realismo que, como piensa Diego Zúñiga, joven narrador y conductor del programa sobre literatura Snob de Radio UC, muestra el estancamiento de nuestra narrativa ordenada a partir de los espacios de la familia burguesa y el campo chileno; espacios que tendrían sus personajes arquetípicos en el patrón de fundo y el rotito. Esta discusión es, sin embargo, valiosa, pues podemos rastrear una frecuencia entre los narradores chilenos. No hay que olvidar las ideas de Manuel Rojas a partir del costumbrismo.
Lo relevante, bajo esta perspectiva, sería dar cuenta de un proceso de transformación del arte narrativo en Chile, desde el paradigma de la novela moderna decimonónica, pasando por el costumbrismo que es una de sus inflexiones o pensar en Orrego Luco, Rojas, Donoso y la transformación del tema de la casa burguesa hasta poder hablar de la disolución paródica de tal realismo en la novela de Claudia Apablaza, si es que es posible leerlo así.

Segundo, los blogs se constituyen intersubjetivamente (o este es el ideal de tal medio: la “democrática” participación de usuarios activos: que generan contenidos) cuestión de una imposibilidad obvia en un libro. Entonces, la disposición del narrador debería, si es que así es su intención, situar voces caracterizables por distintos tipos de saber o distintas aproximaciones a un hecho base que en Diario de las especies es la historia de AA: la búsqueda de una novela olvidada en el viaje, que conjure un hecho crítico en la vida del personaje (hecho del que el olvido es síntoma) y que, finalmente, tendría que construir su biografía. La multiplicidad de voces (que recuerda la segunda parte de Los detectives salvajes, que también es una búsqueda, que también es una crisis, que también es, a su modo, una biografía) se articula en relación al hecho de olvidar como se escribe una novela y pretende ser una articulación intersubjetiva o dialógica. Pero, la verdad de las distintas voces aparecidas en los comentarios a las entradas, es una sola: reproducen el decir de AA; son simulacros dentro de un discurso monológico, como más arriba Carolina Melys afirmara.

En la univocidad de esta problemática narración que da cuentas del estado cultural de unos personajes homogéneos, es donde reconocemos una de las intenciones del narrador: a las vinculaciones con el costumbrismo que se quisieran ver en el extravagante viaje transfigurado en pato/pata/mujer/madre/persona de su protagonista -hacia la segunda parte de la novela- se suma una vinculación con la novela de exilio y un estado de cultura del que -al parecer- se quiere hacer mención irónica por unívoco, frágil y predecible.
La solución de este conflicto -una vez tomada la decisión de no escribir más entradas a su blog- parece decirnos algo sobre la fragilidad de los medios de producción (editorial, artístico, cultural) que son parte del problema de olvidar la forma de escribir o decidir hacerlo: entonces emerge la experiencia de lo fantástico, de la respuesta en la naturaleza, en la infancia, las posibilidades de una memoria olvidadiza como correlatos de modos de experiencia que, según sabemos, en todas las novelas desde la vanguardia, configuran el final de las historias en un mundo narrado donde lo imposible de las conciliaciones, del conocimiento y la experiencia común a todos los hombres, es tópico.

Comentarios

Lorena Amaro dijo…
Me parecen muy interesantes ambos comentarios, muy conscientes de la función crítica, de sus posibilidades e imposibilidades; hacen, además, un interesante juego con esa novela sobre la imposibilidad de la escritura y el trauma, y cuando digo trauma lo hago intencionadamente, aludiendo quizás también a ese estado de cultura al que apunta Víctor Quezada.
Pienso que esta novela revela hasta qué punto esta cuestión de la reflexividad exaspera y apasiona a los lectores, interpelándolos y polarizándolos. Recuerdo haber leído un comentario en que se la denosta incluso por su sintaxis, y luego una crítica en que se la unge como un nuevo clásico. La novela produce algo, ¿no?
Me impresionan la honestidad y el considerable equipaje de lectora de Apablaza.
Recuerdo las dos partes de su texto: Búsqueda de una novela y Persona. El primer título es engañoso; más que una novela, la narradora persigue la construcción de una autoficción, forma ficcionalizada de la autobiografía. En su blog, no sólo ensaya las anunciadas reflexiones sobre el acto escritural, sino que también sobre la memoria, el tiempo y la identidad. El posteo es el soporte de estos ensayos sobre la autoescritura. Cobra protagonismo, además, otro formato: los comentarios de sus lectores. El texto se emparenta, de este modo, con un género de larga data, la novela epistolar. Pero aquí se aligera y alcanza nuevas posibilidades, pues los personajes no sólo van construyéndose a sí mismos –sus manías, sus obsesiones, su relación con la narradora- sino que también se aprovecha la opacidad del nickname para jugar con la identidad de esos frágiles (y como plantean aquí, a veces reconocibles) interlocutores.
En la segunda parte, se retoma el leit motiv que impulsa la escritura de la primera: la construcción de un yo. La posibilidad de acercarnos, en el tiempo y el espacio, a lo que hemos sido.
Una bandada de patos retrocede en el tiempo para comerse, una vez más, a los sapos con que la protagonista jugaba de niña en el río. Leí esto de una manera singular: Apablaza es una efectiva cuentista (recuerdo Autoformato)... que lee poesía y no quiere renunciar a ella.
Vila-Matas se animó un día a escribir un cuerpo de notas a pie de página para hablar sobre el silencio de la escritura. Aquí, Apablaza exhibe sin miedo su filiación con esa estética y escribe sobre su propia novela ausente con humor (cuánto se agradece), creando una narradora de doble vida (lleva también un blog/novela porno, sólo aludido), que se encierra a vivir en una erotizada biblioteca. Pienso que es interesante ese guiño, entre divertido y siniestro, a la famosa biblioteca borgeana.
Mis reparos hacia la novela van por un lado que ya se ha dicho bastante: a ratos estorba, en los envíos literarios, cierto tono profesoral. Pero Diario de las especies es un proyecto que asume nuevos desafíos y ensaya las posibilidades de la literatura después de la literatura… y en la era virtual.


Me gustan estos comentarios dialogantes que han publicado. De hecho, me dieron ganas de dialogar, jaja, incluso de dar la lata.
Saludos
Víctor Quezada dijo…
Lorena. realmente me alegra tu comentario, felicidades.
Jean Baudelaire dijo…
O_O
El libro de mi prima!! Lástima de que no puedo dedicarme a leerlo por razones académicas...

(discúlpenme por el comentario fuera de contexto, imagino que es un blog de crítica literaria y no de otras cosas ajenas ^_^ ).

Saludos.
n dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lorena Amaro dijo…
Sí, nos estamos tomando el blog...
Con permiso, unas palabras más:

Las cosas que he dicho sobre el texto en realidad queria decirlas hace tiempo, cuando fue publicado, y felizmente encontré este espacio, en que estamos poniendo en abismo la novela, una novela construida como un blog.
Una vez dicho esto, que me divierte (las construcciones en abismo son vertiginosas y en mi experiencia, al menos, vivificantes), quiero agregar algo más, aprovechar el diálogo, para cuestionar en un aspecto el comentario de Natalia. Es lo siguiente: me pregunto por qué las voces de los comentaristas del blog de A.A. deben portar cuestionamientos. El tema me parece interesante: hace poco tiempo que reviso los blogs, porque me interesa el soporte y porque realmente he hallado textos y formas de enfrentar los textos muy interesantes. En el poco tiempo que llevo revisándolos, me parece que son espacios para confrontar ideas, pero también para construir historias, compartir fanatismos, bosquejar comunidades, forzar timideces, hacer guiños, sacarse la lengua, auterapearse, buscar sin tener una idea clara de lo que se está buscando. Y eso solo es una porción de posibilidades.

Tampoco coincido en que no hayan cuestionamientos en esas voces. Quizás no son tan sólidos o consistentes como los posteos de la narradora. No por ello el relato es tiránico, monológico, no lo vi así. Y esa falta de consistencia de los comentarios, por último, replica lo que efectivamente ocurre a veces en estos formatos. En fin, democratización y pluralismo en el blog no quieren necesariamente decir confrontación de ideas, aunque los planteamientos de la novela acerca de la literatura quizás merezcan ser discutidos. Afortunadamente la novela está allí, para que aprovechemos de debatir lo que ella propone o sugiere.

Por último, los posteos y comentarios en el blog de A.A. alientan o acompañan otra historia, que en mi lectura fue importante, la historia de memoria y desmemoria, la construcción también del recuerdo literario.

Nada, solo quiero insistir en lo bueno que es poder dialogar sobre estos temas con Natalia, Carolina, Víctor y los que se sumen.

Saludos
Lorena Amaro dijo…
jaja repetí mucho la palabra interesante, ¡es irritante! (y rima)
Ahora sí me voy.
Saludos
n dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Puntos Buenos dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo…
felicitaciones
es uno de los pocos, poquisimos, blogs donde gente inteligente lee cosas inteligentes habla cosas inteligentes y postean cosas inteligentes, sin ser ni pedantes ni lateros!
super bien!!
n dijo…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Excelente articulo Carolina¡ De verdad se agradece¡